sábado, 3 de julio de 2010

Un fin de semana cultural, pasado por agua: Atapuerca y Burgos



Dentro de las visitas culturales programadas por la Asociación para este año, nos fuimos en busca de nuestros antepasados más primitivos a Atapuerca. Y tras las huellas del Cid a esa ciudad encantadora, que es Burgos.

El tiempo predecía lluvia, y vaya si acertaron las predicciones, llegábamos a Atapuerca con un cielo encapotado y sin dejar de jarrear. En esas circunstancias tan adversas y tras hacernos entrega de un casco, hicimos el recorrido por los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, actualmente un referente obligatorio para cualquier estudio de la Evolución Humana, acompañados por una encantadora guía, que nos proporcionó toda clase de información sobre lo encontrado en las excavaciones, así como la forma de vivir de nuestros ancestros. La visita se complementó con la proyección de un video, en una cueva acondicionada para ello.

Después de la comida en un restaurante de Atapuerca, nos dirigimos al hotel en Burgos y cuando nos entregaron las habitaciones, realizamos un recorrido a pie por el casco histórico, tras el fallido intento de hacerlo en el tren turístico.

El domingo, tras un suculento desayuno, nos esperaba una guía para visitar la Catedral de Burgos, que es uno de los más bellos monumentos del arte gótico y ha merecido el título de Patrimonio de la Humanidad (1984).

Iniciaron su construcción, en el año 1221, el rey Fernando III el Santo y el Obispo Don Mauricio, fue consagrada en 1260. Después fue ampliada y embellecida con un grandioso claustro y numerosas capillas, entre las que destacan la de los Condestables (s. XV) y la de Santa Tecla (s. XVIII), así como las esbeltas agujas de la fachada principal (s. XV) y el espléndido cimborrio del crucero (S. XVI).

Al salir, nos vimos sorprendidos por unos soldados franceses de la época de Napoleón, el motivo, según nos explicaron, es que el día 18 de abril se celebra el levantamiento del pueblo de Burgos contra las tropas Napoleónicas, con ese motivo se hace cada año una representación de dicho acontecimiento.

Continuamos a visitar el Monasterio de las Huelgas Reales (o Santa María la Real de Las Huelgas) de Burgos es el cenobio cisterciense femenino más importante e influyente de los que el Císter estableció en España. No cabe duda que tal relevancia la tuvo porque fue mandado fundar por los reyes Alfonso VIII "el de las Navas" y Doña Leonor en el año 1187 en un lugar de recreo cercano a la ciudad de Burgos, cabeza del Reino de Castilla. Debido a esta fundación real, el Monasterio de las Huelgas acogió como monjas a importantes damas de la nobleza castellana, sirviendo, además de panteón real y lugar donde los monarcas armaban caballeros.

El conjunto monástico es de los más notables de la historia de la arquitectura medieval española. En Las Huelgas se conjugan partes románicas, góticas primitivas, mudéjares y renacentistas. El templo del monasterio es una obra muy avanzada de la arquitectura cisterciense que, a diferencia de lo que es habitual, se puede considerar más gótica que románica.

La iglesia de Las Huelgas tiene tres altas naves (excepcional para un monasterio femenino que solían tener una sola nave) y crucero, además de cabecera de cinco ábsides. Los arcos son muy apuntados y los vanos de iluminación amplios. En el interior de esta iglesia destacan los elegantes altares, y los sepulcros reales de reyes, príncipes e infantas, especialmente el del rey Alfonso VIII y su esposa Leonor de Inglaterra, con grandes escudos en sus frentes.